La trinidad en la Redención
- Serafín Romero
- 26 oct 2017
- 3 Min. de lectura

La Trinidad, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son tres personas que subsisten en un único y solo Dios. Y aunque la palabra trinidad no aparece en la biblia, si podemos ver al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo obrando en innumerables ocasiones y de diversas maneras a lo largo de la escritura.
Es más que evidente la participación de la Trinidad en la obra de redención, y para poder verla permítame presentarles el panorama de la redención:
El hombre debido a su desobediencia cayo en pecado y en condenación, quedando radicalmente corrompido, esta palabra “radical” significa “de raíz”, entendiendo así que todo nuestro ser, pensamientos, intenciones, sentidos, carne y huesos y por ende nuestras acciones quedaron contaminadas por el pecado, y aunque conservamos aun la imagen de Dios, ésta quedo opacada dando paso a la imagen de Adán que venimos arrastrando hasta nuestros días. (Gén 3)-(Romanos 3:10-18)-(1ª Cor 15:49).
El Padre elige antes de la fundación del mundo soberanamente y en amor a unos hombres y mujeres de todos los tiempos y pueblos, no mirando cualidad, bondad o virtud alguna pues como ya vimos todos los hombres y mujeres quedamos radicalmente corrompidos debido al pecado. (Efe1:4) (1ª Pedro 1:2).
El Hijo voluntariamente se despoja así mismo y en humillación se hace semejante a los hombres, nace en humildad, vive una vida perfecta, muere una muerte cruenta, resucita al tercer día, asciende a los cielos y entra en el lugar santísimo delante de Dios con su sangre preciosa para pagar por los pecados de los escogidos, cumpliendo así la voluntad del Padre. (Fil 2:7-8) (Heb 9:12).
El Espíritu Santo llama e ilumina de manera poderosa revelando la obra de salvación en la mente y corazón de los redimidos, convence de pecado, justicia y juicio a los elegidos, y hace morada en ellos, y los guía a toda verdad. (Juan 16:8-14) (Juan 14:17)
Dios Trino preserva a los santificados, santificándolos, fortaleciéndolos, sosteniéndolos con su poder hasta el día de Jesucristo como podemos ver en 1ª Tesalonicenses 5:23 y 24 “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.” (RV 60).
Así que podemos ver claramente la participación de la Trinidad en la obra de redención, cada una de las personas cumpliendo una función determinada.
En resumen:
El hombre cae.
El Padre elige.
El Hijo paga.
El Espíritu llama.
Dios Trino preserva.
Pensando en esto, sería un verdadero absurdo creer que aquel que elige (El Padre), que aquel que paga con su propia sangre (El Hijo), y que aquel que llama y convence (El Espíritu), después abandone a los hombres a su propia suerte o los encomiende a sus propias fuerzas y capacidades para conservar la salvación.
Gracias a Dios que que la misma trinidad sigue obrando en nosotros, es por esto que no debes tener duda que… El que comenzó la obra en ti, él mismo la perfeccionará (Fil. 1:6), no te dejará, ni te desamparará (Heb 13:5); es poderoso para guardarte sin caída y presentarte sin mancha delante de él (Jud v24), él acabará lo que ha determinado de ti (Job 23:14), y nadie te arrebatará de su mano (Juan 10:28-29). Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (Heb 10:14).
Solo me queda decir desde el fondo de mi corazón: Al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén
Serafín Romero es pastor de la iglesia
Cristiana Bíblica desde la Cruz
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